LOS COLLARES PROTECTORES
Uno de los principales ritos de la Santería es adquirir los collares protectores de cuentas del culto. Los collares protegen contra todos los males a quienes los usan, mientras se llevan puestos.
Existen siete collares en honor a cada uno de los siete Orishas siguientes: Obatalá, Elegguá, Oshún, Yemayá y Changó; los otros dos se puedes elegir entre los de Oggún, Oyá, Babalú-Ayé, o algunas de las deidades de las Siete Potencias.
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- Al dios Aganyú se le consagra un collar con una cuenta blanca grande seguida por nueve rojas y ocho amarillas, otra cuente blanca grande y así sucesivamente.
Los collares constituyen uno de los ritos preliminares de la ceremonia de iniciación formal, denominada “hacer el santo”. El ritual religioso mas importante del culto, hacer el santo, también se llama asiento. De manera que si usted desea ser santero, lo primero que debe hacer es adquirir los collares protectores en honor a un determinado Orisha, y con las cuentas de un cierto color, según los que le correspondan, de acuerdo a la tradición de la religión Lucumí.
Los collares los elabora la madrina del nuevo santero, que recibe el nombre de yubbona. Sin embargo, antes de que la yoruba prepare los collares para el nuevo santero, estamos en la necesidad de consultar a un babalawo, para que indague por medio del diloggunque santo es el ángel de la guarda del aspirante a santero. Luego de la indagatoria, el babalawo instruye a la madrina en relación a como preparar los collares, y cuales colores debe emplear en su confección, según la respuesta del Orisha a través de los caracoles. Una vez que el aspirante a santero se coloca los collares que le preparó su madrina, puede llevarlos puestos en la rutina de su vida cotidiana normal, excepto al bañarse, cuando debe quitárselos. Igualmente no debe realizar ninguna actividad sexual teniendo el collar puesto en el pecho. Cuando se vaya a bañar o sostener relaciones sexuales debe desprenderse de los collares, y volver a colocárselos cuando haya terminado.
Los collares, como hemos comentado, están consagrados a los Orishas. Son de distintos colores según correspondan a uno u otro Orisha. Los collares también reciben el nombre de elekes, y son de los siguientes colores tradicionales.
- Al dios Aganyú se le consagra un collar con una cuenta blanca grande seguida por nueve rojas y ocho amarillas, otra cuente blanca grande y así sucesivamente.
- Al dios Babalú-Ayé se le consagra un collar con todas las cuentas blancas ralladas de azul.
- Al dios Changó se le consagra un collar con seis cuentas blancas alternadas con seis rojas.
- Al dios Elegguá se le consagra un collar con tres cuentas rojas alternadas con tres negras.
- Al dios Obatalá se le consagra un collar con todas las cuentas blancas.
- Al dios Oggún se le consagra un collar con siete cuentas café alternadas con tres cuentas negras.
- Al dios Orumla se le consagra un collar con una cuenta verde alternada con una amarilla.
- Al dios Oshún se le consagra un collar con todas las cuentas amarillas, también cinco cuentas ámbar alternadas con cinco cuentas rojas.
- Al dios Oyá se le consagra un collar de nueve cuentas blancas alternadas con nueve negras.
- A las Siete Potencias Africanas se le consagra un collar que solo puede ser empleado por un santero o un Babalao. Este collar consta de una cuenta de cristal grande seguida por una blanca, y luego una azul, una roja, una amarilla, una negra, una verde y una café. El ciclo se repite y el collar termina con una cuenta de cristal grande.
- Al dios Yemayá se le consagra un collar con siete cuentas blancas alternadas con siete cuentas azules, luego una blanca y una azul, hasta que se ensarten siete de cada una. El ciclo se repite hasta que el collar tenga una longitud apropiada.
Con antelación a la preparación de cada collar, el santero debe invocar al Orisha pertinente, y debe hacerlo en el lenguaje Yoruba. Al invocar al dios le pide que bendiga el collar o eleke. Al confeccionar el collar hay que ensartar las cuentas con hilo de algodón. Se hace de esta manera para que el algodón absorba el liquido de un omiero(a base de hierbas) especial, en el que se acostumbra mantener los collares, por el lapso de siete días, luego que se han terminado.
Una vez que los collares o elekes están listos, hay que lavarlos en un río en cuyo sitio se hace una ofrenda a Oshún, consistente en pollo y miel de abeja. Una vez que el santero regresa a casa, procede a preparar un omiero empleando las hierbas que corresponden a los santos patrones de los collares. A cada collar, un santo; a cada santo una hierba. También se sacrifican a los dioses los animales que sean necesarios. Se efectúa una ofrenda adicional, a base de frutas y velas. Se procede a colocar los collares en el omiero. Siete días más tarde se entregan los collares al aspirante a santero, en el marco de una ceremonia complicada que tarda varias horas en concluir. Después que finaliza la ceremonia, se suele celebrar una fiesta o güemilere, en honor de los santos, la cual no tiene carácter obligatorio.
Cuando se van a lavar los collares y a recibir la bendición, se estila proferir el siguiente rezo, que es muy corto: Olodumare ni na orun ati na ilé, que significa: que Dios dice en el cielo y la tierra.
De manera que recibir collares es el primer paso que hay que dar en Santería hacia la consagración como santero. Cuando se reciben los collares, se está recibiendo la bendición de los santos, lo que se denomina el Aché. Constituye el primer punto de contacto entre el nuevo santero y la religión Lucumí. Existen variadas razones para recibir collares. Simplemente puede tratarse de que la persona lo desea, o que su espíritu protector, que fue negro africano cuando vivió en la tierra quiere que su materia tenga collares. Es muy frecuente encontrar personas a las que el propio guía espiritual les indica que use los collares o que se haga Santo. En rigor, para recibir collares, lo normal es que el Santo lo indique en un registro. A veces las personas se colocan los collares espirituales, sin haber participado en las ceremonias de iniciados. No obstante está versada en la religión Lucumí.
Se observa con frecuencia el caso de personas que desconocen los rituales de la Santería y sin embargo hacen las señas y saludo, y hablan el lenguaje yoruba del que en vida fue santero.
Hoy en día los collares no solo se llevan en honor a los Orishas, sino a otros espíritus de luz, que hacen milagros, como es el caso del hermanito José, cuyo collar es una estrella que contiene las Siete Potencias. Lo suelen portar junto con el collar erigido al Orisha. Es por esta razón que las personas cada vez están usando más collares.
Ya dijimos que la ceremonia de investir collares es bastante prolongada y algo complicada para el que no conoce los secretos de la religión Lucumí. No se ponen rezando un padrenuestro, ni echando agua bendita en la cabeza. Tampoco entregándolos en la mano en una bolsita, o mandándolos por correo. Los collares se colocan en la habitación cerca de las soperas, donde está el omiero.El neófito debe estar bien comido y haber recibido el aché. El día entes la persona debe bañarse en un omiero a base de veintiuna hierbas. El padrino explica todo lo concerniente a la Santería y lo que significan los collares. Acto seguido se le pide permiso a los santos en lengua lucumí, y se les pregunta por medio de los caracoles si aceptan a la persona y si están contentos con las ofrendas que se le han hecho, al tiempo que se les pide permiso para ponerle los collares y se procede a ponerles los collares, según el orden que vimos para los siete. La ceremonia de investidura de collares dura dos o tres horas. Únicamente los asentados en Regla de Oshá poseen la facultad para investir los collares. Es el santero el único autorizado para hacerlo, por cuanto tiene los conocimientos en la religión Lucumí.
LOS COLLARES PROTECTORES
Reviewed by rocio
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9/19/2012
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